Pese a que llamaron a no preocuparse, los cinco locales de playa El Agua fueron demolidos. / Foto: STEPHANY OLDAN

29 Jun, 2014 | Cualquiera que camine por playa El Agua, pensaría que ocurrió un desastre natural. Lo primero que se ve cuando se entra al balneario es un cordón amarillo de precaución y locales completamente destruidos.

Al caminar por el lugar este sábado, se observó a los comerciantes angustiados. Aseguran que viven en zozobra, porque no saben si les tocará a ellos, aun cuando sus establecimientos no pertenezcan a la Fundación El Niño Simón y no hayan recibido aviso de desalojo.

Alrededor de 80 familias están directamente afectadas por la demolición de los 30 locales donde han trabajado por varios años; muchos superan los 20 años.

Pablo Sánchez tenía 14 años trabajando en el local "El Pez Espada", uno de los locales que está en la lista de demolición, dijo que tiene una esposa y tres niños que mantener. Por fortuna fue contratado por el establecimiento; no obstante dijo que hay incertidumbre, porque no se sabe qué sucederá a futuro.

"Dicen en comentarios que están diciendo que nos organicemos en cooperativas a ver si surge algo. Nosotros vivimos del turismo, un sueldo mínimo no me alcanza para mantener a mi familia, así que me dedico a brindar servicio de toldos a los turistas y me rebusco con las propinas", apuntó el trabajador.

Otra de las preocupaciones que surgen de los trabajadores del balneario es que la demolición de los locales aleje a los turistas, ya que el 15 de julio inicia el asueto más largo del año, el cual representa un buen ingreso para el bienestar familiar.

"Están acabando con playa El Agua. Si esto sigue así, los turistas no van a venir y vamos a perder todo", dijo José Marcano, quien trabaja como mesonero en otro de los locales que recibió aviso de desalojo.

Este viernes 27 de junio, los comerciantes suplicaron a los representantes de la Fiscalía una prórroga de 24 horas para sacar sus cosas de los locales.

Algunos visitantes que se encontraban en el balneario y fueron testigos de lo sucedido, coinciden en que la medida es drástica e "injustificable". "Hay que pensar en el bienestar de esas familias que se quedan sin trabajo. Mucha gente invirtió todo lo que tenía en esos locales y ahora no les queda nada. Es injusto", expresó Lorena Millán, habitante de Santa Ana, que fue con su esposo y dos hijos a disfrutar de la playa.

El gobernador Carlos Mata Figueroa declaró a los medios de comunicación hace pocos días que los comerciantes no serían desalojados "a tanganazos". Janeth Acuña, una de las afectadas y Julián Brito, concejal de Antolín del Campo, exigen explicaciones al jefe del Ejecutivo regional por esta medida que consideran injusta.